La vida es un reto muy duro, tanto, que algunas personas no son lo suficientemente fuertes para vivirlo y superarlo, asi que la solución que toman es quitandose la vida.
Oh bien, bueno, esa no será mi suerte; seré estúpida y rubia, pero no tanto como esos suicidas idiotas.
************************************************************************************* Me levanté después de que mi despertador sonó, maldición: era el primer día de clases; ¡Qué bien! Vería a esa bola de mediocres a la que tengo que llamar "compañeros de clase" de nuevo. Maldición.
Me bañé rápidamente, me puse mi mejor ropa y bajé a desayunar, no encontré a mamá en la cocina, cosa que se me hizo raro; pero bueno, terminando mi comida subí a lavarme los dientes y volví a arreglarme para la escuela.
Bajé a la sala y ahí encontre a mamá.
-¿Lista para la escuela preciosa?
-Claro, mamá-subimos al auto y mamá arrancó, el auto no se movia.
-Preciosa, el auto no funciona, llegarás un poco tarde...
-Pero mamá, la escuela está solo a unas 5 calles, puedo ir sola.
-¿Segura?
-Mamá, tengo 15...
-Ok, ok, vamos, ve.
Camine a la escuela desde mi casa, había mucha gente en la acera así que trataba de caminar deprisa, pero vi algo, más bien, alguien que me llamó la atención; voltee para ver a ese joven de extraordinaria belleza, pero solo vi su espalda... pero aún así me le quede viendo y examinandolo, checando todo, pero todo lo que una chica de 15 años le hubiera visto, en fin, ¿Qué tenía de malo? Era normal eso en adolescentes como yo; llegue a la escuela.
Mi primera clase fue literatura, habían, por mala suerte, varias de mis ex-compañeros y ex-amigas, las traté de evitar y no hable con ellos, me concentré más en clase; el año pasado mis calificaciones habían bajado mucho y ahora quería estar atenta, aparte de que odiaba a mis compañeros del año pasado, a todos.
Era la hora del desayuno, no quería sentarme con nadie, pero vi sentada en una mesa a una chica de la clase de literatura, una chica a la que todos veían con temor.
-Hola, mi nombre es Angelique Meany, voy en tu clase de literatura-dije lo más amable que pude con una sonrisa y tendiendole la mano. Ella me fulminó con la mirada, pero una chica y un chico llegaron corriendo hacia ella.
-Jane, tranquila-dijo el chico poniendo una mano en el hombro de la chica que respondía al nombre de Jane, me hice para atrás, por una rara razón: le tenía miedo a la rubia.
-Yo solo... lo siento, Jane; no quería molestarte.
-No importa, ¿Por qué no te sientas?-me ofreció la chica de cabello rizado y de ojos color chocolate-¿Quieres comer con nosotros?
-Bueno, si no les molesta... a todos-mascullé al final, pero creo que Jane si me oyó, lo digo por la mirada asesina que me lanzó.
-No importa-dijo otra vez la chica rizada-Por cierto, mi nombre es Renesmee.
-Hola, yo soy Alec Vulturi, es un placer conocerte, Angelique.
Sentí como si me arrancaran el alma, si mi corazón se partiera, si mi respiración se detuviera, me sentía sin vida, como si mi existencia fuera gracias al joven portador de ese nombre.
Sentí mariposas en mi estómago cuando pronunció mi nombre.
Él era maravillosamente hermoso. La verdad, no creo que mis palabras sean capaces de describirlo a él, a su hermosa figura, a su hermoso cabello oscuro, sus hermosos ojos con un tono violeta, su hermoso rostro de porcelana... yo, sentí que habia muerto y vuelto a nacer cuando oí su nombre.
En fin, me senté a comer con ellos, bueno, en realidad no comiamos, solo charlabamos mientras la comida se enfriaba.
Jane y Alec eran hermanos gemelos, Renesmee, o Nessie, como le gustaba que le dijeran, se portó genial conmigo, pareciamos amigas de años. Todos, excepto Jane eran simpáticos y amables. Nessie ya iba en la escuela el año anterior en el mismo grado que yo, y la había visto, solo que no habiamos coincidido en ninguna clase.
Me hice amiga de los dos rápidamente, me sentía cómoda con ellos, cosa que nunca había experimentado con nadie que hubiera conocido.
-Y, ¿Como ves las clases? ¿Difíciles?-me preguntó Nessie
-Pues, no tanto-respondí riendo, volví la mirada a mi hamburguesa fría y la mordí, estaba rica, así que empecé a comerla; Renesmee contemplaba mi hamburguesa, como subía y bajaba de mi boca, empezó a comer la suya.
-Vaya vaya, ahora resulta que ya comes otra vez ¿O no, Angelique?-dijo una voz a mis espaldas, era Vania Potente, una chica con la que no me había llevado muy bien el año pasado.
Ella siguió caminando y se fué.
-¿Qué significó eso?-dijo Jane, su interés me sorprendió
-Nada, nada-mentí, esa había sido la peor humillación de mi vida.
-No, en serio, ¿Qué significó eso Ang?-inquirió Nessie inexpresiva
-Nada importante-dije a punto de llorar; sonó el timbre.
-Bueno Angelique, nos vemos después-dijo Renesmee levantandosé de su asiento. Hasta ahora, no me había percatado de que los gemelos no habían comido.
-Ok, Nessie; nos vemos.
-O... ¿Quieres que te acompañe a tu próxima clase?
-Si fueras tan amable, gracias-respondí.
Fuimos charlando en el camino, era muy buena persona y agradable, me divertí mucho con ella, supuse que seriamos muy buenas amigas. En el camino a clase, Nessie y yo nos encontramos a Alec.
-¡Ciao, bella!-gritó Alec viendome a los ojos al llegar hacia nosotras, Renesmee entornó los ojos
-Lo siento, pero mi nombre no es Bella...
-No, Alec se refiere a "Hola, hermosa" en italiano, pero al parecer no me vió a mi, porque solo te lo dijo a ti-dijo Nessie entredientes
-Bueno, hola hermosas-repitió Alec para que Nessie no lo regañara más, ella rió
-Nos vemos en clase más tarde Alec-dijo ella empujandolo para que se fuera, se fue, pero me llamo la atención como me miraba, como si yo fuera una hamburguesa doble con queso y a la vez con amor
-Es buen chico Alec, ¿Verdad?-me preguntó Nessie con tono petulante
-Pues... si, es buen chico...-admití con una sonrisa
-A ti te ve muy extraño, y tu lo vez a él con un brillito en tus ojos...
-¡Obvio no!-mentí
-Bueno, como digas, te veo al rato, me voy a clase-dijo despidiendose con la mano y alejandose.
Entre a mi siguiente clase: gimnasia. Fui a los vestidores a cambiarme para entrar a la clase; salí y vi en la cancha a alguien inesperado: Jane.
-No, no, no, no, no-mascullé asustada, era obvio que ella me odiaba
-Disculpa, ¿Me hablaste?-preguntó tímidamente una chica que estaba a mi lado
-No-respondí amablemente y camine a la cancha con temor
-Hola-dijo Jane con frialdad
-Hola-respondí temerosa.
Empezamos a jugar volleyball como nos había indicado la entrenadora, y como siempre, yo jugaba pésimo.
-¡Angelique! ¡Lo estas arruinando! ¡Vamos perdiendo por tu culpa! ¡Creo que tu anorexia afecta a los reflejos deportivos! ¡Pon a trabajar tus pocas neuronas rubias!-me gritó Vania Potente, que estaba en mi equipo por mala suerte, pero es que yo no podía golpear la pelota, era muy torpe
-Espera aquí-dijo Jane con malicia caminando hacía ella
-¡Jane! ¿Qué haces? ¡No!-mascullé, pero ella no me oyó
-¿Qué diablos quieres, Potente?-rugió Jane cruzando los brazos y poniendose al lado de Vania, Jane era mucho más baja que ella
-La inútil de Meany no hace nada-escupió Vania-¡Arruina al equipo!-chilló con su voz de niña caprichosa
-Calla; al suelo y dame 100-gritó Jane como si fuera la entrenadora-¡Vamos! Hop hop hop hop...-Vania empezó a hacer los ejercicios con temor
-Gracias Jane-susurré
-Vamos, Potente no es tan "potente", es fácil de controlar-Vania dejo de hacer los ejercicios para descansar-¡VAMOS, POTENTE! ¡VAMOS! ¡NUNCA DIJE QUE PARARAS!
-Entonces, ¿Conoces a Vania?
-Pero claro, va en mi clase de biología y es de lo peor.
La clase terminó, ahora iba para la clase de español. Llegando al aula me senté y saqué mis libros de mi mochila, volteé a mi lado, y vi que Alec estaba sentado junto a mi.
-Hola-dijo amablemente
-Hola-respondí ruborizada. La profesora llegó y empezó a dar la clase, pero yo no ponía atención, solo veía a Alec de reojo.
-¿Qué has hecho?-me preguntó en voz baja
-La profesora nos expulsara del aúla si no hablamos español-dije encogiendome de hombros-Y si tanto quieres saber no he hecho nada.
-¿Qué?-dijo Alec confundido, creo que no entendía el español, así que le seguiría hablando así
-Te contaría en otro lugar que no fuera la escuela, no se, tu casa por ejemplo-mascullé, empecé a reír, Alec no tenía idea de lo que le decía, así que podía declararle mi amor o decirle cualquier tontería sin que el tuviera la mínima idea de lo que decía.
-Muy bien, hermosa; tus deseos son órdenes para mí. Te invito a salir hoy, en la casa Cullen, después de la escuela. Ahora no te puedes negar, me lo prometiste...-quedé en shock al ver que si entendía lo que yo decía, menos mal que todavía no habia dicho otra cosa que me hubiera podido dejar en ridículo.
-Ok, tal véz te lo haya prometido pero... Dieu! vous êtes si belle que je ne refuse pas d'avoir une date avec vous-cambié totalmente el idioma para que no me pudiera entender otra vez
-Très bien, avoir un rendez-vous avec moi aujourd'hui...-maldición, si me había entendido... de nuevo. Nuestros rostros se fueron acercando hasta que quedaron a unos 10 centímetros
-Señor Vulturi, ¿Podría no distraer a la señorita Meany? Ya coqueteará con ella en otra hora-dijo la profesora Staub
-¡Eeeeehhhhh!-dijeron todos en tono burlón, me ruboricé, quería que la tierra me tragara; me fuí deslizando de mi asiento hasta que pensé que iba a caer al suelo.
-¿Qué decía? ¡Ah si! ...et vous embrasse, belle-finalizó Alec mascullando, ¿Acaso el tarado pensaba que no sabía suficiente francés? Obvio había entendido lo que había dicho al final. Empecé a trabajar en mi libro hasta que la clase terminó.
Me levanté y salí corriendo, Alec iba detrás de mi.
-Oye, ¿Qué diablos te pasa?-me preguntó cuando lo ignoré, voltée a verlo.
-¡Bien hecho, Alec! ¡Así se domina a las mujeres!-le gritó Thomas, un tarado de la clase de español que puso un pulgar en alto, Alec levantó los dos con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Ay!-grité cuando le dí una cachetada a Alec, su rostro era más duro de lo que pensé, pero la verdad, se merecía ese golpe
-¿Y a ti que te pasa?-me preguntó
-Tarado, no pienses que no se francés... ¡Que sé más que tú!
-Bueno, pero... Vous ne voulez pas vous embrasser?-lancé un grito ahogado
-¡Tarado!-dije, me recargé en la pared furiosa y cruzando los brazos, él puso su brazo al lado mio, trate de huir por el otro lado pero puso su otro brazo y fue acercando su rostro al mio; no pude resistir e hice lo mismo que él.
-Tengo que ir a clase...-mascullé avergonzada
-Aja...-respondió Alec haciendo caso omiso a mi frase, acercó más, mucho más su rostro hasta que sentí su respiración algo irregular tan cerca de mi piel, mi corazón empezó a latir increiblemente fuerte. Definitivamente no resistí y...
... sonó el timbre.
-Lo siento-dijo abrazándome y besando mi frente, apretó mucho sus labios-¡Soy un imbécil!-masculló varias veces mientras se iba.
Lo contemplé mientras se iba. ¡Qué estúpida eres, Angelique! me dije a mi misma; había tenido la oportunidad de mi vida y la desperdicié.
Acabaron las clases, lo que fue una fortuna: ahora volvería a ver Alec. Puedo recordar su piel fría cuando besó mi frente y me abrazó, estaba realmente fría.
-Angelique, hola-dijo Nessie cuando llegó junto a mi
-Oh, hola.
-¿Estás triste?
-No.
-¿Frustada?-insistió
-No.
-¿Enojada?-me siguió molestando; ya me empezaba a hartar
-No.
-¿Decepcionada?
-¡Que no!
-¿Enamorada?
-Si-consteste inconcientemente
-¿De Alec?
-Si, digo... ¡Arg! ¡Renesmee!
-Haha, no lo negaste...
-No, pero tampoco lo confirmo-Nessie hizo una mueca
-¿Quieres venir hoy a mi casa?
-Tengo que.
-¿Por?-se quedo pensando un buen rato-¡No! ¡No me digas! Alec te invitó, ¿Verdad?
-No se, tal vez...-repuse con una sonrisa
-¿Te gusta?
-Mmm, bueno, yo...
-¡Di si o no!
-¡Si! ¿Contenta? ¡Lo admito! ¡Y estuvimos a punto de besarnos!-Nessie lanzó un grito ahogado
-¿Qué? ¿Como? ¿Cuando? ¿Por qué? ¡Cuentamelo todo!
-Bueno, todo paso en clase de español: él me invitó a salir, me dijo que me invitaba a tu casa para comer, y que ahí me besaría y...
-¿En serio te dijo eso?-ahora mi amiga no sonaba tan emocionada, más bien seria y preocupada-¿Te dijo que "para comer"?
-Ajá.... y me lo dijo en francés. Creo que pensó que no se hablarlo pero ¡Oh Dios! Se hablarlo a la perfección.
-Bueno, tendremos que decirles a tus padres que irás a mi casa-empezó a sacar su teléfono-Tu hablales.
-Oh, Nessie, no creo que me dejen...
-Angie, no hay nada, pero absolutamente nada que mi tía Alice no pueda solucionar; ella tiene... encanto natural...
-Ok, ok, dame el teléfono-empecé a marcar a mi casa-Bueno, ¿mamá?
-¿Angelique? ¿Donde estás?-inquirió angustiada
-En la escuela, mamá; bueno te hablaba para pedirte permiso para ir a casa de una amiga...
-¿Quién?
-Mmm, creo que no la conoces, se llama Renesmee Cullen y...
-Oh, ¿Es pariente del doctor Cullen?
-No lo sé, da igual. Bueno, ¿Si me das permiso?
-Angelique, tengo que hablar con los padres, que tal si ellos no le dan permiso a tu amiga y...-pero mamá habló muy rápido, en ese momento un lujoso Porshe amarillo se estacionó en la entrada del colegio y una hermosa chica de aspecto delgado y pequeño, con un cabello de envidia y piel de porcelana bajó del auto y se acercó a nosotras
-Nessie, ¿Lista?
-Claro, Alice; mi amiga Angelique vendrá a casa, la invité. Angelique, ella es mi tía Alice; Alice, ella es Angie-nos presentó Renesmee
-Mucho gusto, Angie-dijo la tía de Nessie tendiendome la mano, yo estreché la suya
-Igualmente, señorita Alice.
-Oh, por favor llamame Alice.
-Angelique, contesta rápido-dijo mamá al otro lado de la línea, Alice tomó el teléfono de mi mano
-¿Bueno?
-¿Con quién hablo?-inquirió mamá
-Buenas tardes, soy Alice Cullen, tía de Renesmee; mi sobrina invitó a comer a la suya, ¿Le daría permiso? Descuide, harían la tarea y comerían en la casa...
-Bueno, si es así no veo por qué no-
-Muchas gracias, yo llevaré a su hija a su casa más tarde, gracias-finalizó Alice con un tono de voz tan dulce como un pastel
-¿Y bien?-preguntamos Nessie y yo
-Te dan permiso, puedes venir-respondió Alice con una sonrisa.
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